amar con toda el alma pero haciéndolo con sensatez

Parece ser que amo con toda la carne y con toda el alma pero al mismo tiempo no quiero con toda la mente y con todo mi espíritu porque puede que esto conlleve condenarme. Creo que estamos jugando un juego bastante peligroso, que en verdad puede valer la pena pues sin amor qué sentido tiene vivir, pero no sé cómo he de jugarlo o si es el momento de jugarlo porque podría matarme este juego como lo ha hecho en el pasado o al menos podría volverme a dañar en demasía como ya lo ha hecho en anteriores ocasiones. Pero si bien es cierto que en mi mente surgen nuevas ideas acerca de este posible amor para no fallar de la misma forma que antes, también es cierto que las mismas interrogantes, dudas y deficiencias jamás se han ido y tal vez nunca puedan cambiar las cosas. Y sé que al final soy lo que soy y no puedo cambiarlo, no podemos cambiar nuestra mente la cual está condicionada por trastornos como el borderline o el TOC y quizás por esto caeré siempre de la misma manera en errores, obsesiones y demás cosas que en el pasado siempre se han hecho presentes y que nos hacen echar todo a perder cuando se trata de amor sexoafectivo.

Pero queremos o necesitamos decir que surgen nuevas formas de escrutinio dentro de mi mente antes de arrojarme a las manos de esta gran idea amorosa y según mi razonamiento, si evocamos a la razón antes que a nuestros impulsos podremos vivir la bendición de la naturaleza del amor evitando el suplicio de atender a lo visceral antes que a lo racional.

Mi mente, alma, corazón y cuerpo se dividen y luchan porque saben que esto es la vida misma y que de igual forma es la muerte, en forma de viejos patrones erróneos y trastornos mentales, cosas que también son parte de la vida. Y por ende mi alma y mi corazón no saben cómo burlar dichas desavenencias y vivir la vida con amor sin necesidad de morir más de lo que se vive.

Me divido por dentro y me digo sin decirme que hay que amar para vivir y vivir para amar y que tendría que atenerme a las consecuencias de esta premisa si quiero darle un poco de sentido a mi vida. Y quiero creer que si a la mesura y a la sensatez me atengo todo va a estar bien de cierta forma y que si al mismo tiempo estando en juicio de esta sensatez procedemos al mismo tiempo en los instintos más primarios, viviendo ambas verdades, la de la prudencia racional y la de los instintos básicos puede ser que la perfección de esta experiencia amorosa que tanto se anhela y que tanto se aleja se pueda vivir sin tener que pagar un precio más allá del que se pueda hacer con algo de dolor pero con algo de entusiasmo también y eso es lo que tanto he estado anhelando pues no quiero matarme una vez más por un deseo, pero tampoco quiero dejar pasar la oportunidad de sentirme vivo una vez más.

De alguna extraña manera confío en mí esta vez, no sé cómo ni porqué, pero siento que hemos aprendido algunas cosas y la experiencia nos ha ayudado en nuestro camino y por ende nos sentimos listos para arriesgarnos una vez más procediendo con cautela hacia este sendero de querer con toda el alma pero sin perder de vista el sendero de la razón, atendiendo a las posibles señales de nuestra intuición al tiempo que atendemos a la sensatez.